1.1.12

Malditadistancia.

Él estaba ahí, como uno más, todavía no le conocía. Pasaba desapercibido. Pero entonces fue cuando alguien me pidió que le hiciera una foto con él, nos miramos y como que se me olvidó el mundo, todo lo que existía a mi alrededor, fue algo raro, algo distinto. Les hice la foto y desaparecí. Después le vi de pasada y me sonrío. Fue una sonrisa distinta a todas las demás, un escalofrío recorría mi cuerpo además de una sonrisa tonta que me iluminaba la cara, no podía parar de sonreír. Era increíble pero con una sonrisa me había alegrado el día y es que no le conocía.                                                                                                                                                                                              Pasaron los días y nos íbamos conociendo, hablábamos mucho y a mí me encantaba hablar con él, era distinto, distinto a todos los demás, la verdad es que no sabría exactamente como describirle, porque de lo mejor es lo superior. Es alguien que hace todo lo posible para sacarte una sonrisa en tu peor día y que lo consigue, que lucha por ti, que lo da todo por verte feliz, que está en los malos y en los buenos momentos, siempre.                                                                                                       La verdad es que no le conozco casi nada, un mes quizás, pero tengo la sensación de que ya le conozco de toda la vida. Es que me encanta, su personalidad y además es guapo, que más podría pedir una chica, si lo tiene todo.                                                                                                                                           Bueno sigo, nos fuimos conociendo y al principio a ligar, pero así sin más, como un juego y me gustaba estar así con él, pero poco a poco como que me empezó a gustar y parecía que era mutuo, hasta que llegó a un punto que estaba como adicta a él, que soñaba con él, solo quería hablar con él, verle. Parecía que tenía obsesión. No me le quitaba de la mente ni un segundo.                                               Quizás íbamos muy deprisa, con todo lo que nos decíamos, pero nos salía así y la verdad no lo podía controlar. Igual cada vez que hablábamos la cagaba al decir todo lo que decía, pero no sé en ese momento no pensaba nada más que no fuera él.                                                                                                        Lo que más me fastidiaba de todo era que vivía lejos, lejos de mi y que casi nunca nos podíamos ver y eso me fastidiaba, mucho. Porque cuando querría tocarle, besarle, abrazarle… ¿cuánto tendría que esperar para poder  hacerlo? Demasiado, no podría ser en el momento y es que la verdad las relaciones a distancia no siempre funcionan… No sé puede que igual me equivoque, puede que igual no. Pero quizás me quiera equivocar con él, no lo sé.